Tocaba pasar revista a todo lo necesario, ya con el salvoconducto en el cajón donde se guardan los papeles que tienen una fecha y un lugar de caducidad. De las alturas bajarían esos detalles que te diferencian de los de otro día, de los de otro barrio. El repaso visual es a vista de pájaro con todo el materia extendido sobre la cama. No falta nada, ni la caja de los botones. Todo está esperando que unas manos a modo de varita mágica, como cada año, den vida al sueño de un día de primavera.
Piel con piel
Hace 1 año
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