Luego, años después, descubrí que había sido alguien importante en esto de las cofradías.
Durante años llegaba antes que nadie los días de reparto de papeletas para pasar la escoba a los pasillos, recoger las papeleras y lo que hubiera quedado por medio tras las largas horas de trabajo y espera. Antes de que llegaran los primeros hermanos se le podía ver sentado en una silla observando calladamente el trabajo de los priostes y de los chavales del grupo joven. Cuando salía el primero con el salvoconducto amarillo con el escudo y sello en ambos lados de la cuartilla, él se levantaba, entraba en la Parroquia a despedirse de su Virgen y se volvía a casa.
Y así un año y otro año, y otro año. Cuando escucho en la radio, en los programas de cofradías, a los periodistas preguntándose qué deberían hacer las hermandades con los ex-hermanos mayores, cuando les escucho hablar de jarrones chinos, cuando esto, cuando aquello, cuando lo otro....
... no entiendo, no entiendo, no entiendo.
2 comentarios:
La entrega, desde cualquier sitio... importante.
Muy importante.
Hay que saber cambiar el chip, de yo soy, por yo fui y estuve al servicio...
Pero gusta ser el presente, sabiéndose pasado.
Manolo
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