Que cosa más grande entra por el cuerpo cuando en plena bulla reconoces los acordes y la gente empieza a callarse, sientes que se acerca y luego con el paso delante todo es más fácil, más directo, Amarguras es lo que tiene, es pura conductividad.
El pregonero se acercó con solemnidad al atril, bebió agua y puso el remate al pregón que era principio y fin, alfa y omega de aquella mañana primaveral. "A la calle sevillanos, a la calle".
2 comentarios:
"A la calle sevillanos, a la calle"
y por favor, apaguen los móviles cuando vean que se acerca el paso.
Y las calles pregonaron un año más y los templos se llenaron de fe auténtica.
Y, por favor, todos nos sabemos muchas marchas de memoria pero eso no significa que haya que silbarlas.
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