Cuando menos lo esperas te llega. Primer aviso que te hace darte cuenta que estás empezando ese proceso lento casi imperceptible al principio pero que va calando, ya te digo, ya me dirás, si cala o no. Es inevitable y lo misterioso de todo es que se sabe pasará pero no trae manual de instrucciones ni una guía para la espera. Hay quien piensa que no parando en casa, disfrutando de la cuaresma como si no hubiera un mañana en cualquier esquina al toparte con un paso ensayando o con la mirada de un niño que ve por primera vez al Cristo de la Caridad de Santa Marta tan cerca, tan desprendiendo bondad en su manos, tan cerca de los suyos por calles que le miman, pudiera ser lugar propicio para darte cuenta. Y todo es posible pero no fue así. Busca el destino momentos inesperados como la sorpresa de que volviera a ver lo que hice con un buen fotógrafo, mejor amigo, de que volviera a ver un trabajo que un día hicimos y expusimos juntos...se había producido un vacío...y con el azar como aliado y cierto desconcierto por la sorpresa fui, sin mirar, colocándolos sobre la cama, y al girarme, vi parte de la composición resultante. Por una rendija del tiempo, por una rendija se coló el aviso.
Al final del túnel
Hace 1 semana