Quedan 27 días.

Llevas varios días de cuarententa y el cuerpo va notando la transformación, externamente no aparentas cambios pero por dentro, ay, por dentro empiezas a pensar en clave de itinerarios - has podido ponerte a prueba en algunos via crucis - agudizado la visión - buscando el detalle perdido en los encuentros más cercanos que ofrecen los besamanos y besapiés- meditando las palabras - que los oradores han seleccionado para explicar lo aparentemente complejo en las homilias- o quizás nada de esto porque todavía no has aterrizado y escapado de la rutina o no quieres saber nada hasta el domingo de Ramos o nada que ver con lo que llaman superfluo. Da igual. Estás cambiando. Y además pronto estarás en una cola que da el mejor visado para tu pasaporte. Y ahí no hay vuelta atrás. Seas como seas, y pienses como pienses. Tú y tu antifaz no tendréis que dar explicaciones a nadie.

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