Quedan 34 días

Alonso cuando era niño solía acompañar a su tío a los ensayos de los pasos. Me recuerda constantemente que algunas cuadrillas se veían mermadas en número, y suele comentarme el sufrimiento de su tío cuando muchas tardes de primavera se presentaban no más de cuarenta hombres para hacer un retranqueo o para un ensayo. Era uno de esos barcos que ahora tienen lista de espera y crean colas en las puertas de la casa hermandad en cada primera cita anual con los hombre de abajo. Sí, una de esas hermandades que plantan en la carrera oficial cifras de nazarenos que hacen imposible el paso de toda la cofradía en el tiempo estipulado. Y ahora a todo esto le llaman problemas de la Semana Santa, y eso le cabrea a Alonso. Y lo entiendo porque problemas, problemas de verdad, esos son los que tenía su tío para poner un paso en la calle.