Quedan 26 días. La pregunta.

Siempre había un amigo de tu padre que te salía con la pregunta: ¿qué te gusta más la Semana Santa o la feria? (ahora con el mediático carnaval de Canal Sur que todo lo gaditaniza, quizás haya variado a ¿Feria o Carnavales? ¿Semana Santa o Carnavales?...). Pues siempre había uno que te preguntaba esas cosas, y lo hacía mientras guardabas cola para sacar la papeleta de sitio o cuando llevabas dos horas haciendo farolillos en plena calle Pascual Márquez. Tenías que responder que te gustaban los dos, aunque realmente te tiraran las procesiones más o pisar el albero con los amigos en pandilla, porque no era cuestión de perder la dosis que uno necesitaba de cacharritos, helados, gusanitos y fantas de naranja, de la noche a la mañana ni la oportunidad de explorar la ciudad como si de una expedición se tratara, siendo el protagonista. Hartible de día, hartible de noche. Tonto de capirote y de portada de feria.
Y si desde pequeño nos han inculcado que toda fiesta, todo acontecimiento que toma la calle, en donde el pueblo toma lo que es suyo, hay que gozarlo, vivir las vísperas (en Feria el fin de semana anterior es un auténtico rosario de ceremoniales como si de una cuaresma de albero se tratara), llorar, reír, en fin, y si hay carnavales, carnavales, y si estamos en el levante, Moros y Cristianos, y en Pamplona, no faltarás con tu pañuelo rojo, y vestirás de hortelano para los desfiles en las Fallas, y tantas y tantas maneras de disfrutar de las fiestas.... si quieres, nada ni nadie te obliga. Y sobretodo no me etiquetes con preguntas. Porque no tengo respuestas. Amo la libertad y mis pasiones, ya sean a ritmo de cuplé, por sevillanas, con cornetas y tambores, con ruido ensordecedor de fuegos de artificio o como no, siempre, de silencio absoluto. No me quites nada que todo me hace falta.