Quedan 34 días. Cuaresmazo.

Y creedme si os digo que no pudieron encontrar peor palabra.

Este palabro periodístico que desde la prensa especialmente la escrita pero que en radio y televisión han ido engordando quizás sin decirla pero recalcándonos una y otra vez que este año no tendremos temas para la polémica. Cómo si lo más contundente en cuanto a noticiable tuviera que ser algo que nos distancie más los uno de los otros. No hay por lo visto cuaresmazos este año. Qué pena, pobres medios informativos. No hay noticias de gran peso. No hay bomba informativa. No pasa nada esta cuaresma.

¿Y es que conseguir plena igualdad en las reglas de las hermandades no es meritorio de entrar entre estos cuaresmazos? A muchas personas, hombres y mujeres, que han luchado dejando demasiado en esta guerra contra la ignorancia y la historia de cartón piedra pienso que sí les parece una noticia de alcance, un notición de esos que ocupan portadas y crónicas cuaresmales.

Pero, por favor, no se distraigan nuestros corresponsales, sigan contando minutos por Campana y puntadas de hilo dorado fino en los bordados.