Quedan 36 días. El beso

Todavía es pronto para que las fiebres comiencen a tomar sitio en nuestros espíritus pero de vez en cuando dan un ramalazo y trastocan por unos segundos, puede que cada dos días y que con el transcurrir de los días se haga diario hasta ocupar cada poro por el que respiramos y sentimos que lo que vamos a vivir es de nuevo nuestro. Luna, ciudad y almas en vela nos esperan. Pero todavía queda para eso.
Fue durante un instante en el que explicabas a quien no lo sabía como era la composición del paso del Prendimiento, su olivo, sus romanos, su traidor, como ese Jesús tan ricamente vestido en su altar -en el que no cesa el contante goteo de fieles acercándose para con un ósculo ofrecer afecto y respeto- no aparece así vestido el Miércoles Santo donde otro beso pone en bandeja de plata lo más sagrado, la vida de un hombre bueno.