Quedan 7 días. La mudá.

Qué me gusta esta mudá. Nada que ver con el paso de mudá que tantos disgustos acarrea por la que suele caerle encima. Aquí no hay prisa, hay que dejar que el aire cargado de polen primaveral la vaya aventando. A mi esta mudá me gusta tanto que dependiendo de la hora en que termine me paro a tomar mi cervecita con buñuelos de bacalao o una torrijita con su copita de vino dulce. Qué me gusta esta mudá. Y como en Triana, hay vuelta porque hubo una ida. Salió del altillo donde reposa todo el año para ir al Nervión viejo donde se le ponen los botones en modo y forma pero con el arte y la gracia de los Alcores. Y de vuelta a su casa que siempre será la mía para el planchado y posterior retranqueo en su percha correspondiente como sólo saben hacerlo las madres. Qué me gusta esta mudá.