Quedan 11 días

Nunca salió de costalero y nunca faltó a un ensayo. Siempre presente en cada reunión, en cada visita, en cada charla. Era su mundo y sin embargo jamás se puso un costal ni sintió el peso de la trabajadera sobre sus vértebras. Ya no irá más. Podemos decir que se jubilará del costal sin haber estirado nunca su cuerpo al toque del tercer martillazo. Ya no tendrá que acompañar a Juanito, el niño ciego del barrio de Los Pajaritos que un día se empeñó en ser costalero de Santa Genoveva. Y ya no lo tendrá que acompañar más porque Juanito ya es Juan, sigue viviendo en Los Pajaritos y estudia tercero de Derecho. Lo que no cambiará nunca es que sus padres, abuelos y hermanos seguirán llorando cuando tras el primer cambio de cuadrilla vaya a abrazarlos junto al resto del relevo. Como todos los años.

1 comentario:

Zapateiro dijo...

¡Olé!
Muchos se empeñan en sacar a relucir los trapos sucios del mundo de las hermandades y cofradías y hay tanto que aplaudir que dan pena. Esos sí que están ciegos.