Quedan 2 días

Pudiera parecer que me han faltado días si ahora traigo a este mundo paralelo a tres de un tirón. Tres amigos. No es así, es que los he traído juntos porque he querido, adrede. Con cada uno podría hacer por separado varios días seguidos. Tienen material de sobra. Pero no, esta cuarentena que ya enfila la calle de su despedida, está en pleno barrio, en territorio propio y no hay nada mejor que pasar el Viernes de Dolores en buena compañía.

El padre de Román es capaz, mientras espera al Cristo de las Aguas en el Postigo, de exponer en tres dimensiones y en un palmo de tierra, una infografía de lo que hubo y de lo que pudo ser, todo mientras su niño da palmas porque le divierte ver a  los capirotes hacer sombras en las blancas paredes del viejo cuartel de la calle Dos de Mayo; y desde la punta del río que nos baña sabiendo que un trianero nace donde quiere porque tiene algo de lo que muy pocos pueden presumir, su mano derecha sabe muy bien lo que hace su mano izquierda, y lo mismo te escribe poniendo boca abajo un teatro a pleno pulmón carnavalero que se sube a un atril para poner negro sobre blanco su corazón cofrade lleno de un sentimiento atávico sin fisuras; y por último, un amigo que es  capaz de analizar desde la perspectiva más académica cualquier Imagen y movimiento  artístico para luego rematar siempre la faena con una frase brutal y a la vez llena de dulzura, ¿no han leído sus crónicas cofrades? son poemas en prosa, son clases magistrales dictadas con la sabiduría del que sabe que siempre el verbo amar es el primero que debemos acariciar cuando la luz persigue a sus devociones pasionales.
Si tienes la tremenda suerte de encontrártelos algún día de Semana  Santa por las calles, haz lo mismo que haría yo, date por abducido, llévalos al bar más cercano, pide de comer y de beber, siéntate junto a ellos y escúchalos, gózalos, estáte calladito, y sigue disfrutando de todo lo que hablen. Cuando notes llegar la Cruz de guía por la calle de atrás, levántate, ve a la barra y le dices al camarero, aquí, qué se debe.
Se llaman Sergio, Álvaro y Ramsés, los tres son blogueros.

2 comentarios:

Mer dijo...

El evangelio, Antonio...con cuánta buena gente te juntas...

Moe de Triana dijo...

Has conseguido emocionarme cuando más falta me hacía.

Un abrazo enorme.