Quedan 34 días

No serían más de trescientos metros lo que le distanciaba de su próxima parada. Esta vez sí para detenerse. Siempre encontraba parroquianos con los que comentar las novedades aunque no era unos de sus días habituales el cuerpo le pedía ya el segundo café. Con tostada.
 
Avanzó por Galera hasta el cruce con Antón de la Cerda. Callejear qué placer. Parándose en los detalles. Las prisas pocas veces nos lo permiten. Ni cuando llegan los días esperados que no es hasta la caida de la noche cuando vas a donde sabes es tu sitio, donde te aprietas la chaqueta y pierdes la mirada. Pues donde el café era algo parecido.

Fue allí donde una ociosa mañana de verano se enteró que donde actualmente se encuentra el Mercado del Arenal, estuvo el Convento de Nuestra Señora del Pópulo, cosa que ya sabía pero ni idea sobre que el que da nombre a la calle que ahora transitaba era el que cedió un solar de su propiedad, allá por el 1625.

Y luego Pastor y Landero que absorve las paredes reflejando albero reconoce a un ingeniero de caminos que ya pretendió sin éxito unir en tren Sevilla y Extremadura, y allá por el 1870 desde su puesto de diputado en Cortes fue de los que quiso subir al trono al Duque de Montpensier.
 

Fue otro paisano al que nunca más volvería a ver por allí al que le escuchó esta última historia. No sólo cofradías y toreros tenemos en el Arenal, sentenció. Igual por eso no lo volvió a ver desayunando. Y girando a la derecha, sin cambiar de acera, Adriano que no necesita presentación y al que ni se le ocurriría nombrarlo en el bar.

La ciudad y sus mañanas. Es cuaresma. Coger fuerzas es fundamental. Disfrútenla sin engolliparse.