Sí, puedes decir sin ruborizarte que realmente queda poco. Desde el Miércoles de Ceniza los días fueron cogiendo velocidad, lo ibas notando, la rutina te daba esa alegría de saltar de martes en martes, esperando el definitivo, el bueno, el Santo. Y además con el sin par Manu llevándonos a casa que otra forma de hacer televisión cofradiera es posible. Estoy seguro que si tiene continuidad irá refinando el modelo. Pero a lo que iba, que parecía que la velocidad de crucero era inamovible cuando esta semana te das cuenta que todo se relentiza de alguna forma, ¿qué pasa? ¿por qué le cuesta al minutero avanzar dándome esa alegría de estar un poco más cerca de los días grandes? ¿Qué te pasa reloj que no me marcas las horas? ¿Esto no anda o qué?
Tranquilo, esta semana sólo se están cargando las pilas, el reposo antes de la batalla, ya verás la que viene como corre, como irás apurando tareas, como irá poniéndose todo en su sitio. Y luego desde el Viernes, y no te digo desde el Domingo, la vida se nos escapará sin darnos cuenta de las manos, otra vez.