Las cuatro edades (II - El presente vivido)

Es la etapa fundamental porque de lo vivido se crea el recuerdo. Y ese presente vivido es la infancia. Es ahí donde entra el chorreón de cera gordo del aprendizaje, donde todo es nuevo. Entra dentro la adolescencia y su final es difuso porque dependerá de muchos factores. Los primeros amagos en la toma de decisiones, errores de bulto, sensación de ir ganando... Eres una esponja.

En mi caso empezó nitidamente cuando le dije a mi padre que quería salir de nazareno con diez años en la hermandad de mi barrio y concluyó cuando un Domingo de Ramos me di cuenta que llevaba varios ya haciendo, sin necesidad de mirar papeles, en sus horas finales, los mismos movimientos, el mismo bar, las mismas esquinas, las mismas necesidades y los mismos recuerdos acumulados. Y siempre con algo nuevo. O alguien nuevo. O nuevas ausencias. Y nuevas formas y esquinas donde ser feliz. Pero eso lo veremos mañana.

Amigo, ¡un momento!, ¿qué? ¿Y si no viví la Semana Santa en Sevilla? ¿Y si la descubrí sin haber experimentado desde la inocencia de un niño lo que luego me resulta imprescindible en mi vida?

Amigo, al contrario de lo que dice la preciosa canción de Ismael Serrano bajo los adoquines de la memoria cofrade siempre hay arena de playa.