Oído

Siempre hay uno. No se como lo hacen pero siempre está ahí con sus pantalones cortos, chanclas y camisetas con referencias a películas o a los curiosos semáforos de Berlín. Siempre hay uno que con la bicicleta en lo alto quiere cruzar un cortejo con sus seis o siete filas de gente a ambos lados. Siempre está el espigado guiri cargado con su mochila y su bicicleta, una mano en el sillín y otra al cruce del manillar haciendo pesas durante un buen rato. Le abren paso por la simpatía que arrastra y porque a la gente le gusta decirle cosas, que él no se entera desde luego, danke danke merci merci. Cada año mejora la ironía de las interlocuciones de los nuestros, no les quepa duda. Oído bicicleta por delante del Senatus.