Este año no se todavía donde será. El Viernes de Dolores seguro. Y será de barrio porque es ahí donde vive la ciudad, donde, saliéndose de los cánones de la belleza urbana estandarizada, habita el alma que camina. No se todavía si de cola o de capa pero será el primero y seguramente portando una Cruz de Guía aunque lo ideal sería llegar con tiempo y acercarse con sigilo a su lugar de salida y verlos ir entrando, el primero, el segundo, el tercero, delgados, gordos, altos, bajos...qué nervios, qué poco queda para ver uno. Ese que nos lo cuenta todo sin ni siquiera hablarte ni mirarte. Y luego ya intramuros o donde se tercie comenzará todo a ir muy deprisa, y la nostalgia a avanzar milimétricamente para recordarte que ese día viste al primer nazareno tras tres años de ausencia, ¡ojalá con una cestita de mimbre repleta de caramelos!
Al final del túnel
Hace 1 mes