Si has atravesado la ciudad por el centro, entrando por ejemplo por la muralla de la Macarena y saliendo por la Puerta de la Carne y al llegar al Coronado y pedirte la segunda (la primera ni te enteraste que venias fritito) te das cuenta que lo de la línea recta no es lo tuyo. Has venido uniendo puntos ya preestablecidos pero a los que se iban uniendo los que tu memoria iba incorporando tras un vistazo rápido a las cuentas en redes que controlan. Zigzagueo de las emociones y recuerdos para un viernes de marzo que el tiempo ha respetado tras la calima. Si vuelves a casa haciendo eses, ya es otra historia.
Al final del túnel
Hace 1 mes