Todo a la vez en todas partes

La película triunfadora en los Oscars de ayer domingo en Los Ángeles tiene un nombre que sin mucho más que añadir valdría para explicar lo que está por venir. ¿Se imaginan a un pregonero en el atril del Maestranza tras la marcha elegida, la presentación del concejal de turno y Amarguras, entre los aplausos del respetable (entiéndase con fina ironía, con su mihita de guasa), bebiera su buchito de agua, se llevara la mano al corazón como agradecimiento y petición de calma que ya ha llegado la hora y recolocando los folios en su sitio empezara su intervención con el título de la película?

Y luego, el "he dicho" protocolario.