Marzo de 2002

#Quedan33

MARZO 2002...es hora de traerlo a la Cuarentena...aunque muchas cosas han cambiado... y ciertamente tendría que hacer otro para contar lo que se vería actualmente...

    Buscando el sol por Rico Cejudo. Familia en su puerta cantando a compás. Semillería. Avenida de la Cruz del Campo, callejuelas de Nervión. Villa Carmen, Villa Isabel y Villa Julita. Casas con torreoncillos. Muchos comercio del desavío. La abandonada Cruz del Campo. Desastre urbanístico. Entro en una caja de ahorros con azulejo (hasta aquí llega la fuerza de la mirada del Cachorro) y veo, mientras espero mi turno, un cartel de la Parroquia del Perdón. Luis Montoto. Antigua cárcel de menores. Otro azulejo. La Altea, El Verde Inglés y Flandes. Triunvirato de la decoración. Cuatro esquinas para un cruce. El Corte Inglés, Los Lebreros, Colegio Borbolli y el antiguo Vicens, que hace poco fue Horno Santa Justa y que ahora es una tienda de complementos, que me dicen es muy cara.

    Parroquia de San Benito. Preside Valvanera, los tres titulares de mi hermandad en el altar de la izquierda. San Juan mira absorto la estampa desde el lado opuesto. Redescubrimos a San Antonio, San José, en lo más alto el propio San Benito. ¡Ah! Y la placa que nos recuerda que aquí se fundó el Gran Poder. Vemos lo bien que le va a Castro Motos que han ampliado negocio. Tienda de los veinte duros, o de los 60 céntimos de euro. Salimos cargados con cinco o seis cosas, y no todas a cien pelas. Ya no hay puente, viaducto viejo y nuevo. Puerta Carmona. Peña Los Caperucitos. Carnaval en Sevilla. Plaza del Cristo de San Agustín. Intentos continuos cada año de resucitar esta vieja devoción, que según cuentan superaba con creces a cualquiera de las actuales.

    Calle San Esteban, bares, diminutos ultramarinos, fruterías, barrio perdido, que no todo el casco histórico es centro. Sevilla añora sus barrios intramuros y abandona los extramuros. Ya no llora nadie por sus arrabales. Balcones de la esquina de Imperial y de Medinaceli. San Esteban cerrada pero el Señor de la Salud y Buen Viaje recibe al caminante. Preparando un catering en la Casa de Pilatos. Calle Águilas. Están arreglando la casa que da nombre a la calle. Es una tranquilidad saber que no se te va a caer encima uno de los aguiluchos de piedra. Convento de las Clarisas, San Pancracio. Cuánta fe en un metro cuadrado. Cuantos rezos a este singular Ministro del Trabajo.

    Nos desviamos por Vírgenes, Cabeza de Rey Don Pedro y volvemos hacia atrás por Alfalfa, que también es calle. Hay que ir buscando un bar como sea. Ella entra en una de sus tiendas preferidas, un batiburrillo de pequeñas cosas entre las que destacan sus viejos cromos. Empieza a verse ambiente por las bodegas. Subimos entre naranjos buscando Luchana. No me extraña que San Isidoro haya decidido bajar por aquí para buscar el Salvador por Alcaicería. Aquí si rompemos tradiciones pero en lo de las mujeres ¿no?, eh. Comercio tradicional. Mil lámparas para un salón incompleto.

    San Isidoro. Parroquia renovada hace ya unos años. Esqueleto del pasovirgen en uno de los laterales, cerca de donde se guardan una de las joyas de nuestras procesiones, el Simón de Cirene que acompaña al Señor. Le podrían poner algo más de luz. Frente al Cirineo está la Virgen de la Salud, que revive cada año por su collación. Un euro para seguir conservándola. En la capilla de la izquierda un cristo crucificado de época más antigua que los que normalmente  encontramos sobre nuestros pasos procesionales. Este cristo llamó la atención de un escritor extranjero, especialista en nuestra guerra civil, (Ian Gibson)  que reclamó información al capellán de la parroquia. Este escritor, sentado a mi vera, en la capilla del Sagrario conversó con nuestro paisano sobre la etimología de la palabra Sagrario y sobre la costumbre desconocida para él de tener una vela roja encendida cuando está presente el cuerpo de Cristo. No le faltaron elogios para la supuesta buena acústica del templo y para el altar de la capilla antes citada que calificó como “cueva dorada para la virgen”. Siguió dando vueltas por la iglesia tomando notas en su agenda. En la primera capilla junto a la puerta están las imágenes procesionales de San Isidoro. Al igual que la Virgen de la Encarnación en San Benito, la de Loreto estaba vestida de hebrea.

    Ya va siendo hora de una cervecita, en Donaire, donde se puede leer un curioso cartel solicitando costaleros para el Jueves Santo en Jaén. Pagan el desplazamiento y manutención. Mientras nosotros cerveza, manzanilla, jamón y queso. Unas cuantas cervezas más.  Nos volvemos por la Alfalfa, Odreros y Boteros. Es inevitable entrar a asomarse al Garlochi, bar de copas absolutamente barroco. Plaza de San Ildefonso, Zamudio, San Leandro. Prohibir las litronas en la pila del pato, es tirar por tierra mucha de la cultura popular de esta ciudad. No podemos evitar el recuerdo de esas noches viendo procesiones. Lunes Santo, Beso de Judas, Pila del Pato. Alternativa a la masificada Alfalfa. Teniendo como vigía la esbelta torre mudéjar de Santa Catalina llega el autobús. Se acabó lo que se daba.