Quedan 35 días.


Una de las cosas que me gusta más de la cuaresma es ver a las Vírgenes vestidas de hebrea y a los Cristos sin coronas ni espinas. Pero me gustan así cuando salen a la calle, en los traslados, en los viacrucis, y en Semana Santa claro, cosa impensable para las Dolorosas pero posible y soñable para muchas imágenes del Señor. Pero ese es otro asunto.

En cuaresma nuestras Vírgenes se visten al estilo de la época y del sitio donde vivieron, y cuando van a ver a su pueblo, a buscarlo a sus calles, me agrada pensar que se confunden con él y como madre camina entre los que junto al nieto van a buscar a la abuela. Y como es familia no hace falta arreglarse.

La red me ha permitido disfrutar y sentirme trianero, gracias a esas fotografías casi al instante he podido acompañar a la madre que va a visitar a la abuela como tantas veces lo haría en su vida.

Y sólo era eso, feliz domingo. Seguro que en esta primera mañana la cuarentena sevillana con sus Funciones Principales, el traslado baratillero, los conciertos procesionales y los encuentros que cada año van marcando el paso en el calendario, seguro, decía, lo harán posible.

"Pero sobretodo hemos querido desmontar aquellas simplificaciones que clasifican a quienes salen de nazarenos 'capillitas', en un extremo, y 'capiroteros' en el otro." Informe Cíngulo, de Jose Alfonso Muriel Hernández y Miguel Ángel Muriel Mascort