Quedan 4 días.


Un día como el de ayer quiero para mi martes Santo. Y no pido mucho. Sólo un día como el de ayer. Con Sevilla nevada de flores de naranjos, y con una suave brisa que los airea. Como la brisa de un callejón en la capa de un nazareno de la calle Oriente. Ya empieza esta cuarentena a ganarle terreno a la cordura y al raciocinio. Hoy tocaré programa, empezaré a mirar horarios, estrenos, ¿quién dice que va de capataz en el palio este año? Y comenzaran las lecciones de botánica, de arte, de geografía urbana, de aritmética, de geometría, de humanidades, de filosofía, de música y de educación y respeto. Ya toco papel con cuadrante. Ya empieza el baile de horas. Ya está subido el crucificado de la Sangre. Ya sonó la saeta en el templo, ya habló la oración más sencilla. La exaltación sevillana de los martes de pasión. Ya lo veo en su cuadrante. Cristo de la Sangre, flores, número de costaleros, capataz, cera roja sacramental. Y la nube de incienso inunda mi casa. Suenan marchas en el salón. Casi no nos vemos. La cuarentena empieza a trastear en mis neuronas. Borriquita, Despojado, Paz, Cena, Hiniesta, San Roque, Estrella, Amargura, Amor, San Pablo, Beso de Judas, Santa Genoveva, Santa Marta, San Gonzalo, Vera+Cruz, Penas, Aguas, Museo, Cerro, Javieres, San Esteban, Estudiantes, San Benito, Candelaria, Bofetá, Santa Cruz, Carmen, Sed, San Bernardo, Buen Fin, Lanzada, Baratillo, Cristo de Burgos, Siete Palabras, Panaderos, Negritos, Los Caballos, Cigarreras, Montesión, Quinta Angustia, Valle, Pasión, Silencio, Gran Poder, Macarena, Calvario, Esperanza de Triana, Gitanos, Carretería, San Buenaventura, Cachorro, La O, San Isidoro, Montserrat, Mortaja, Servitas, Trinidad, Santo Entierro, Soledad, Resucitado.