La cuarentena sevillana

En sus vidas, las personas sufren síntomas que les llevan a una enfermedad, que les puede obligar a un período de aislamiento llamado cuarentena. Pero la cuarentena sevillana es otra cosa. Lo último es lo primero en producirse bajo el nombre de Cuaresma, que nos va ensimismando en nosotros, en nuestras calles, en nuestras creencias hasta que navegamos en una semana de enfermedad profunda. Alcanzamos un estado de conciencia de ensueño. Y luego, pasado todo, comienzan los síntomas.

Quedan 10 días.

Llegaran tiempos de igualdad absoluta. Tiempos sin preguntas, sin consultas, sin referendums que ponen en entre dicho la palabra hermandad, que cuestionan la dignidad de las personas ¿Quienes somos para decidir quien alumbra y pone luz a las pisadas del Cautivo, del Caído, del Despreciado, del Presentado, del Crucificado? ¿Quienes somos, por Dios?

Prólogo

Muchas cofradías tienen su almacén lejos de la iglesia de donde acostumbran a salir, y os cruzáis con sus "pasos" por las calles, con sus galeotes visibles, animados por la curiosidad de la multitud y los gritos excitados de los chiquillos. Un "paso", con sus personajes bajo fundas blancas, que aparece por el ángulo de un balcón como un navío fantasma, gira y embotella la callejuela, en medio del tumulto, imagen que uno no olvida jamás. Sevilla, desde entonces, está fuera de sí.

Joseph Peyré ("La pasión según Sevilla")

La cuarentena sevillana

Quedan 10 días.

Prólogo

Rincón del archivero

Con las mismos adoquines...

El rincón de Dimas

Búsquedas