Quedan 32 días

La ciudad quedó abierta como un tronco al sentir el hachazo. Eso quieren hacernos sentir. Nos obligan a decidir entre un lado y otro. Entre una sensibilidad y un pensamiento racional. El hombre necesita de los dos para sobrellevar el paso de los días. Para las noches ya tenemos a la luna. Para la muerte ya tenemos a la vida. Para quererte ya tengo tu sonrisa. Deja luna que te siga. Déjame quererte sin que lo sepas. Déjame ser feliz en cada esquina que noto como encumbras mis vivencias y no me obligas a darte explicaciones porque como bien sabes -tú me lo enseñaste- lo que realmente nos hace grande es aquello que hacemos sin que se note. Como cuando mueves los océanos. Cualquier cosa, luna, menos ser un tronco que se parte en dos. Esa no es mi Cuarentena.