Quedan 24 días

Lo maravilloso de estos encuentros cuaresmales es que no nos ponemos de acuerdo. Cada uno tenemos nuestro sitio para ver determinada cofradía. Tenemos nuestra imprescindible de cada jornada y las sacrificables. En ninguna coincidimos. Qué grande. No empatamos ni en nuestras marchas fundamentales ni en las que estamos deseando olvidar. Qué maravilla. Esto de la diversidad es lo mejor que nos puede haber pasado. Porque dos personas con los mismos gustos en una tertulia de croquetas de bacalao, o en las del descansito en el trabajo, tiene que ser un aburrimiento.