Quedan 38 días. Tiempos posibles.

Tres convocatorias de cultos pegadas en la pared, dos anuncios de venta de túnicas alrededor de una farola y un correo electrónico con torrijas y pestiños al estilo sevillano. ¿Cuántas entradas en la blogosfera hablando del fin de la espera?¿O no es ahora cuando empieza?¿Cuántos amigos no acaban de engancharse y esperan aún ese pellizco que los ubique? ¿Cuántos han rellenado las preguntas virtuales qué estás pensando, qué está pasando? Muchos indicaron en los foros donde irían a cumplir la tradicional imposición de la ceniza y ya había quien adelantaba cabañuelas y augurios. Y la lluvia apareció. Un muchacho cruza la calle con su bombo envuelto en plásticos amarillos. Todos los días, todos los tiempos posibles. La realidad de la cuaresma sin fin y más sonora. Veo fotografías de Vírgenes vestidas de hebrea. Y me gusta. Otro amigo se despide para acudir a recoger su papeleta que ya guarda como un tesoro. De pronto una duda ¿qué es el agnihotra?