Quedan 5 días. La venia.

Qué va entrando la cuaresma y va pasando. Qué va llegando Semana Santa y va pasando. Qué llega la estación de penitencia y va pasando. Parece que el orden viene establecido, inamovible... bueno, nunca nada es igual, y en ocasiones puede pasar que sí pero también es posible que uno no se de cuenta que está en plena cuarentena hasta que no se ve vestido de nazareno. Incluso, no alcanza la conciencia concreta hasta que no cumple uno de los momentos mágicos que podría definirse como la auténtica estación de penitencia antes de la que es pública y notoria. Y no es penitencia sino gloria con mayúsculas. Vestido de nazareno, en los primeros tiempos de azul Estrella, ahora de verde Esperanza. A pedir la venia, como en carrera oficial, a las vecinas de toda la vida, aquellas que te llevaron al colegio de la mano, aquellas a las que tu sonrisa y estampitas son parte de esos salvoconducto para mantenerse aferradas a esta vida ya en solitario. Y luego, en sus sillitas del puente, la venia fronteriza, "que hay que volver"....

El tiempo pasa hojas en el calendario y aún conservas ese pellizco que te hace seguir día a día, escaleras arriba para culminar en dos estampitas y un abrazo cuarenta días de espera.

Este texto está inspirado en unas palabras de Jose María Navarro donde me revelaba esta historia que aquí he mostrado al estilo callejonero.
Gracias Jose María