Noviembre

Los sonidos de las cornetas que subieron el puente en aquella primavera madura quedaron guardados en sus gabaldones y fueron desparramándose por las aceras, invisibles a todos, oxigenándose de las nubes blancas del verano.
Lo se porque he visto.
Y cuando el tiempo eriza con sus iones el aire estos silbidos hirientes se mezclan con la ciudad. Es el polen de la pasión. Auténticas semillas.
Lo se porque he oído.
Llegando Noviembre no puedo dejar de sentirlos. A todas horas. Suenan y suenan y no estoy soñando. Este mes que doparon con muerte y negrura sólo escapa a la luz por esos recuerdos de pistones y tudeles quemando piel. Llegando Noviembre te busco para que salves las largas ausencias de locura que el calendario nos manda.
Suenan y suenan y no estoy soñando.