La cuarta cruz.

Tres tiene puestas sobre el calendario. No hace falta ponerles leyenda. En la esquina superior de cada recuadro marcadas con la tranquilidad que da el paso del tiempo las ha puesto meticulosamente. Sólo para una le hizo falta mirar el boletín, las otras dos se las sabe de memoria.

Hoy ha puesto la última, la cuarta, la que le hace sentir que no hay vuelta atrás, la más cercana en el tiempo. Ya sabe el día que bajará del altillo la túnica, el capirote, el cíngulo...