La elección.

Todos los años tenía la costumbre de elegir una Imagen y aprender sobre ella. Sobre su autor, sus contemporáneos, su historia. Pensó que podría hacerlo con la que elegía el Consejo cada año pero él se dio cuenta que sus criterios eran otros. Durante el período de "entre guerras" que así es como llamaba mi amigo al que iba entre el Domingo de Resurrección y el miércoles de Ceniza siguiente, le daba vueltas a la cabeza sobre cual podría ser. Tenía que ser alguna que esa última Semana Santa no la hubiera podido disfrutar bien, no hubiera estado pendiente a su paso y otras decenas de peregrinas razones. Sus razones.

Y este año era el Nazareno de la Salud, de la Candelaria. Dos folios apelmazados de letras lleva ya escritos con datos, fechas, flechas y dibujos. Empezó hace una semana y terminaba su estudio el viernes como último día marcado en su feroz calendario. En la calle Vírgenes me lo encontré con una sonrisa de oreja  a oreja que me hizo a mi más feliz todavía.