La mirada italiana

Francesco lleva ya varias Semanas Santas entre nosotros, poco a poco va desenmarañando lo complejo de nuestros cánones. Esas extrañas combinaciones que llevan a seguir unas normas llenas de excepciones pero que nos permiten saber que se mueve entre lindes no escritas facilitando nos traslademos de un estilo a otro sin inmutarnos. Spesso pasticcio.

Se estrenaba Francesco en la madrugada y le quedaban los últimos detalles para completar su libreta de  andares, costuras y contextos que con tanto mimo guardaba.

Llegó vivo a aquella jornada que llevaba recogiéndose desde el mismo Jueves, a esa hora en que parece no caberse en la calle Feria porque siguen mezclándose los que viene y van entre horas y promesas, formando la indescriptible procesión de cada mañana de Viernes, gozando de la marea verde hasta llegar a Ella, y verla pasar, y verla marchar. Quedándose todo resumido y con la vista perdida en el palio le lanzaron la pregunta "¿Qué te pareció Francesco? come li vedo andare e venire?"

¡Ay amigo que rápido definiste lo que muchos tardaron decenas de versos y andan sesudos cambiando y moviendo!, lo dijiste claro, "Allegro ma non troppo".