Ni tan cerca ni tan lejos.

Puede ser que llegados a estas fechas necesites acercarte, tomar contacto con lo que se está cociendo, necesitas ver se está contruyendo otro año más lo que ya empieza a recorrer por tus venas. Puro nervio para los sentidos. Necesitas aspirar cuaresma, necesitas respirar el ambiente, los andares de la gente de un lado para otro, por las calles. Las Imágenes bajarán de los altares para recibir a los que se acerquen antes de que sean las calles los templos al aire libre donde desde lo alto de nuevo se viva lo inexplicable. Pero, sí, hay un pero, temes sobrepasar esa distancia, buscas la perfecta medida de la cuaresma, la que permite llegar preparado pero no cansado mentalmente. Y abrigándote por todos lados regresas a casa pensando en la ilusión que hay que alimentar pero sin rozar el exceso que llegue a apagar la llama.