Recorridos.

Os cruzásteis el domingo y no os disteis cuenta. Era complicado. No os conocíais de nada. 
Uno desde el sureste llegó hasta casi el Guadalquivir, ese brazo regalado que nos dió la historia en el oeste y el otro de norte a sur, de las murallas hasta la anchura de Adriano, bordeando también el río. Os cruzásteis como otros tanto que fueron y vinieron esa mañana que abrió con sol para dar una tregua. Pronto volveremos a recoger enseres y se buscaran claros para cruzar carros de varas y faroles por la cuesta del Rosario. Noches largas todavía. Pero vosotros os cruzásteis ayer al mediodía. Uno de ver ensayos  de costaleros otro de visitar templos con altares de cera larga. Igualás y besamanos se cruzaron. Los dos íbais solos y os movísteis rápidos en los desplazamientos. Es imposible parar lo que viene.