No le llaméis tristeza.

Muchas veces, no tanto en la propia Semana Santa como en todos estos días previos, incluso la ahora conocida con el nombre tan mal sonante de precuaresma (¿eso que es lo que e miarma?), incluso en esas salidas extraordinarias que si las juntas te forman otra Semana Santa cada año pero por suerte, sí por suerte, hay gente para todo y tienen su público. Y también cofrades del barrio, cofrades de la casualidad y de los de la causalidad... pero ya me he ido lejos, vuelvo a estos días previos, a los actos cofrades de  todo tipo y veo a gente solitaria, gente que se sienta entre la gente que sí parece ir en grupo, intercambian alguna palabra y siguen sus caminos. La tristeza, es una palabra que no quiero nombrar pero me cuesta encontrar otra. Hay muchas personas a las que todo lo relacionado con la Semana Santa sin bullas sin el agobio del alterne les produce satisfación. Mi mano en el corazón por ellos. No faltéis.