Me dijo, no pierdas un detalle de la larga chicotá de hoy, en cualquier punto podría pararme y contarte una historia de la cuaresma, de la Semana Santa bajo sus balcones e incluso de desmontajes y mudás, de rezos y mesas petitorias, de sensibilidad y devoción, este tramo tiene todo eso y más. Tras esto me acomodé en la butaca, que no lo he dicho pero la entrevista si podemos llamarla así está teniendo lugar en una mesa camilla con una bandejita de torrijas, fuera llueve a cántaros pero eso es otra historia... sigamos.
Me dijo que aunque podría haber parado en cualquier adoquín su destino era una calle, la calle ideal para ver cofradías aunque no es que pasaran muchas, para él una, mientras tanto caminaba por Gerona dejando Doña María Coronel y sus monjita de Santa Inés. Recuerda saludar en el bar de la esquina de Dueñas a un matrimonio habituales de esas horas tranquilas del café y reconoció que se paró en la encrucijada, otra más, cuántas tenemos que pueden cambiarte la vida pero siguió hasta San Juan de la Palma y me habló de Peyré, patrón de esta casa que le acoge y todo fueron recuerdos de tardes luminosas con fondo de sarga blanca y de un cartel que anunciaba Semana Santa desde un foro en Internet. En el cruce tomó hacia Viriato alejándose de Feria por la que presume podría empezar y no acabar. Menos humos fantasma estuve a punto de decirle.
