Quedan 7 días

 
Chicotá larga. Suena agrupación me dice. Tiene guasa el amigo. Volvemos a la Ronda pero no por el camino más corto, Amador de los Ríos, avenida que se cruza con la que es puerta de entrada para las cofradías de este lado de la ciudad, más ciudad que por la que llevo horas andando porque es donde se vive, apuntilla. Y cruza junto a los arcos que cobijan a la Virgen de las Madejas. Qué de historias y leyendas tenemos, para parir tres ciudades más. Y mira hacia el este, calle Oriente, Martes Santo. Como nos pegábamos al paso para aguantar con ellos la subida. Y luego tras el Crucificado, el contrapunto que Buiza tallara para recuperar una advocación perdida, y lo mejor, ir a buscar a los amigos que venían con la Virgen. Cumpliendo promesas escolares. Presentación, mi Sangre y un lindo palio ¿verdad?
 


Y ya estaba metido en la calle, sobre las vías del ferrocarril, que pone en el nomenclator al periodista de la Puebla de Cazalla, Moreno Galván y antes de meterse por Alcalde José de la Bandera me recuerda la importancia de los pueblos y ahí lo deja pero sigue ya por una calle de las abiertas tras derribos de viejos almacenes y talleres con nombre que recuerdan lo que se ve, Caños de Carmona. Y habló sobre el alcalde, repúblicano, asesinado por los golpistas y extremeño de nacimiento. Siguió contando, ya más sonriente, que por estas calles se ven pocos pasos, unas andas hace poco las estrenaron y hacen bien abriéndose hacia donde está la gente, donde vive el pueblo, repitiendo el mantra. Por Atanasio Barrón llega al vértice de La Florida. Y cruza buscando estrecheces, Pasaje  Zamora que culmina en San Clemente calle que se cruza dejando sitio a los coches. Y buscas macetas en los balcones. Está bien ya. Primavera. ¿Dónde estaré la próxima primavera? me dice con voz callada y, bajando más la voz ¿sabe alguien quién fue Atanasio Barrón?