Cambiar las fronteras (Nada es indestructible - y II)

Las idiosincracias están para cambirlas si las consecuencias mejoran el conjunto. La Semana Santa que vivimos es fruto de todos esos cambios. No vamos a hablar ahora del cansino "de toda la vida" que algunos tienen como mantra. Plúmbeos bultos sospechosos. 

Traigo precisamente un caso evidente en el que hay que buscar soluciones cambiando lo que ya no encaja. La Borriquita hasta 1970 formaba parte del cortejo de su Hermandad del Amor para pasar a abrir el paso de las cofradías por Carrera Oficial. Bien. Ahora la cosa ha cambiado radicalmente y tendríamos que estudiar la ruptura de esa línea que imposibilita abrir para sus blancos nazarenos y maravilloso paso de misterio la mañana del Domingo de Ramos. Con nazarenos blancos, con su andar portentoso y nazarenos de negro en la Cruz de Guía, en una gran procesión de palmas y cirios. Que las cruces de Santiago abran la Semana Santa aliviando la jornada. Evolucionar para adaptarse a una nueva ciudad.