Hace unos días pudimos escuchar al representante del CECOP no decir absolutamente nada. Y con esto sería suficiente para que todos entendieran que si dejan todo como en el 2019 saldrá todo como ese año. Mal. Porque mal es que planten vallas para que luego una cofradía camine con gente viéndola en la distancia. Porque mal es decir que no se abren bares en la Madrugada ni para un café a las tres de la mañana y que vigilarán con cámaras y ahora también desde el aire a todo el que atraviese hacia el centro y encontrarte botellonas con todas sus letras a las espaldas de una plaza donde están pasando cofradías. Eso pasó, como rodaron nazarenos de El Silencio a escasos metros de esos hombres vestidos de negro móviles en mano que decía "no hemos visto nada, no se ha oído nada".
Esa burbuja que les hace ver una Semana Santa que sólo existe en esos poco más de 1000 metros en línea recta, de norte a sur, sin mirar para los lados, con orejeras.