Este domingo es una atalaya. Ha costado subir pero estamos en lo más alto. Ahora toca bajar hasta el Viernes de Dolores. En medio mucho que hacer y contar. Y vivir. Estamos subiendo Imágenes a los pasos, soñando con apertura de puertas, caminando en paralelo con Cristos crucificados, empezando a gastar suelas y de reojo, programas con itinerarios. Desde este cerro, a una semana vista, muchos ya no tienen uñas y han vuelto a seguir a la AEMET. Otros reconocen que la procesión va por dentro. Qué bien saben las torrijas de este último domingo que apuras ya porque la espera puede contarse con los dedos de las manos y también, el recuerdo de una procesión única cerca de donde estuvo la vieja Ilipa. Mejor inicio imposible.
Al final del túnel
Hace 1 semana