Quedan 35 días

El puente que nos une. El puente que une. No hay otro tipo de puente. Si separa será otra cosa pero nunca un puente. Y lo cruzó rápido. Cuando va a sus cosas lo hace así.
 
Fue reduciendo velocidad a medida que avanzaba por el ensanche aunque pendiente de un semáforo que alerta que la calle no es ni mucho menos de los peatones. Y desviándose  fue buscando ya en el propio asfalto su destino, la calle Almansa, esquina con calle Galera donde tantas veces vió la cofradía. Dicen que dejaron de pasar para volver a su itinerario más antiguo. Para muchos, se quedan guardados ciertos momentos que varían en los programas pero no en la memoria y en este caso, además, gustaba pasar por allí para recordar lo que un antiguo Hermano Mayor le contó, que en esa esquina, en la primera planta de un precioso balcón con gitanillas cada miércoles del año durante siete se llevó a cabo una misión especial.

Un hermano, miembro de la Junta anterior al que lo narraba, llegada la hora, se puso a disposición de los recién llegados, con palabras certeras, cuando digo a su disposición digo a su disposición de verdad, lo que necesiten. Y se despidió.

A la semana, nuestro confidente lo llamó para quedar con él. Y se vieron en la casa-hermandad.

Es en la primera planta de la calle Galera número 1. Mira este papel, hay algunos miércoles señalados, ve sobre las doce, sus hijos estarán allí pero os dejaran solos un ratito. Juana tiene Alzheimer y en cuanto averigua que es miércoles piensa que es Semana Santa y entra en un estado de ansiedad que le dura poco pero le desgasta emocionalmente. Los hijos están desesperados y nos pidieron ayuda, tienes mi autorización, para indicarle que todo está preparado para la salida. Cuéntale como es la mañana, el gozo, los nervios, los detalles, la belleza. He reclutado a un  grupo de hermanos para esto, entre los que me encuentro. Creo que tenemos que estar. Necesitamos tu colaboración.