El valor de la diferencia

Quedan 34 días. 

Está vez sí iba a abrir el compás porque venía chicotá larga. Enfilé Araquil hasta Ramón y Cajal. Mi cabeza ardía dándole vueltas a un asunto ¿rechazamos lo diferente en este mundo nuestro de las cofradias? este hecho, el salirse de la línea establecida, ¿tapa el necesario análisis de la calidad de una obra, un acto y hasta la reflexión sobre una forma concreta de realizar la estación de penitencia, por ejemplo?
En la avenida seguí hacia el oeste, avanzando hasta la altura de Marqués de Nervión que recorrí hasta el cruce que andaba buscando. Todas las cofradías tienen elementos que la distinguen de las otras, incluso hasta en las actitudes y posicionamientos a la hora de resolver los conflictos se observa, y en como encajar las críticas.
La calle Ceán Bermudez, que segun leí un día estaba dedicada a un pintor e historiador protegido de Jovellanos, me hizo dudar un instante porque tanta búsqueda en mi cabeza de ejemplos y referencias puso en quiebra el destino del paseo pero rápidamente me dirigí al número cinco. Sí, ahí está. La casa Duclós. Un edificio racionalista levantado en pleno imperio del regionalismo sevillano. Y de golpe, todo volvió a su sitio, sí.

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