Abriendo avenidas

Quedan 33 días. 

Bueno, Cean Bermudez adelante, San Juan de Dios y Miguel Bravo Ferrer que es el lateral de una plaza que no se ve si no vas con esa intención pero que ha sido lugar de muchos momentos de búsqueda de tranquilidad, sí, en medio del jaleo y rodeado de un pequeño mundo con sus sombras y sus luces que son las que permiten ver el inmenso azulejo rara vez sin flores que lo preside. Seguirá ahí. Y San Francisco Javier que abre espacios en la ciudad facilitando conexiones y creando estos espacios entrecalles, ramales dentro de los barrios donde entremezclar las vivencias de aquellos caserios que fueron conformando nuestra ciudad. Y me asomo a Eduardo Dato y veo la Giralda, siempre presente con la Hermandad de la Sed, la del barrio de Nervión, hecha cofradía ocupándola en toda su extensión un Miércoles Santo de mucho calor. No fue fácil dar el salto que luego otros siguieron. No se lo pusieron fácil.
Ya surgió el tema de definir la ciudad en una añorada charla de invierno entre tanques de cervezas en el viejo Nervión que hace frontera con la Ronda del Tamarguillo, y hubo quien acertó, conjunto de plazoletas y cruces de caminos que forman círculos concéntricos alrededor de la más alta torre jamás soñada, dijeron.

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