#Quedan7
Habíamos llegado a Conde de Barajas, a la puerta de la tienda de pollos asados. Me dijo que nos adentráramos en las revueltas que hay en las calles Rubens y Cantabria. Derecha, izquierda, derecha, izquierda y derecha hasta desembocar en Cardenal Spínola. Sobre los pies. Atendiendo a sus órdenes y jaleándose cuando por las inclinaciones del firme le debía estar cayendo mucho trabajo encima. Los cuatro zancos al suelo por igual, mandó con una voz que plasmaba su verdadera edad. Ea, me dijo, ¿quieres una estampita de mi Cristo? ¡Claro! Muchas gracias. Un estampita donde se veía el rostro del Señor ante Anás esperando la bofetá de Malco y el año de su impresión, 1956. Y continuamos muy despacio, en silencio, nuestro paseo diario con el ruido de fondo de una sillita de ruedas que necesitaba ya un arreglo.