Quedan 6 días.
Las calles que piso ya estaban antes que construyeran el Hospital en terrenos del Estadio de la Macarena. Sigo por Avellana y Cereza. Construcciones del Real Patronato de Casas Barata. Barrio obrero, lo que sociológicamente llamarían de clase media baja pero que con el paso del tiempo se ha ido llenando de estudiantes y sanitarios que arriendan los pisos a los hijos y nietos de los pioneros. La barriada del Carmen tiene su lugar de encuentro por donde ahora paso, comerciales, parroquia de San Leandro, mercado y niños jugando en la plaza de San Gabriel. Uno de los pequeños, hijo de Rocío y Sebastián. Ella, auxiliar de farmacia, criada en el otro barrio del Carmen, el que construyeron junto al Tardón, en la Triana más allá de nuestro cauce y mas cerca del río, y el padre, enfermero, que fue uno de los que empezó alquilando un piso para terminar los estudios y posteriormente comprar junto a su mujer otro en Doctor Leal Castaños. Hermanos los tres de la Sacramental del Carmen de la parroquia y el niño, nazareno de San Gonzalo, al otro lado del río. Como en el Barrio León el azahar alcanzaba de pleno mis pulmones, respiré profundo, es lo que nos queda, retenerlo para no olvidar.
Avanzo por Purgatorio, la sonrisa simpática con la que entré en la barriada se transforma en irónica al tener que recorrer esta calle con ese nombre, miarma, y disfutando de la sombra que la espesura verde que rodea la parroquia nos regala llegué al cruce donde de un plumazo volví a la realidad. León XIII esquina con Manuel Villalobos. Muy cerca ruidos de rondas y cláxones de coches.