Quedan 12 días.
Se anda solo el camino en la plaza de los Carros, Montesión o calle Feria. No hace falta presentaciones, allí pasan cosas y si afinas el oído se puede escuchar el paso del tiempo, más lento, pero también pasa, no te creas todo lo que cuentan. Ve y observa, no dejes que te lo cuenten. Seguimos hacia el norte hasta el cruce con Quintana dejando a un lado y a otro Conde de Torrejón y Palacios Malaver, ¡vaya cruce con sabor!
Pero el camino me lleva a avanzar como dije por la del poeta Quintana para sin prisa entrar en Marco Sancho donde una abanico de calles irán buscando el norte de la Alameda. Me quedo pensando en Correduría porque escucho el final de Rocío, qué es eso que viene empujando en silencio, es una nube de murmullo que no consigue callar la flauta marismeña. El hilo musical macareno que se han empeñado en etiquetar como bulla es la fuerza que define realmente lo que pasa, no son sus costaleros, no es la vigilancia perpetua de sus contraguías, no son los horteras de temporada, ese fondo que identifican perfectamente mis oídos es la respiración contenida, es el silencio macareno.