¿Y si no vuelven?

Quedan 11 días.

Me dejo llevar hasta la Alameda. Corredurías y Amor de Dios hasta plantarme frente a las dos columnas que estaban en la calle Mármoles. Sólo me detengo un poco antes para aminorar el paso al pasar por la Europa que ya no es ningun sitio concreto cuando lo fue todo. Allí van a parar calles e ilusiones, vidas y negocios, donde antes se encomendaban marineros. Ahora en San Martín desconozco si algun viajero acude allí antes de partir. Tan grande que es la Alameda y sólo este recodo recibe con su privilegiada anchura a las cofradías. 
Les confieso que cuando he acompañado a un paso hasta este punto, a cualquiera que pudiera hacer este recorrido hacia las columnas, una vez  parado aprovecho para adentrarme en la Alameda y con distancia ver como por Trajano desaparece. 
Luego todos vuelven, sí, ya lo se, hay rutas marcadas de antemano para regresar pero alguna vez, como hoy me temo, me pesa la tristeza y pienso que no vuelven. En ocasiones hasta parece como si no sintiera nada a mi alrededor, o eso me creía. En una ocasión incluso, una mujer con muchos globos atados a una cuerda que a su vez le envolvía la cintura me paso la mano por delante de la cara, a una distancia, agitándola, "qué te pasa chiquillo, ¡vuelve!"