Hay que verlo

Queda 1 día.

Como cuando notas que la gente se apelotona, que va buscando su sitio porque el espacio va siendo escaso, cuando hasta por el ruido te das cuenta que se estrecha la calle, pues lo mismo ocurre cuando es al revés, ya se intuye de alguna manera que la avenida va cogiendo cuerpo, que le va ganando metros hasta que desemboca en Manuel del Valle, desahogo para entradas y salidas, en muchas ocasiones más cemento que jardines pero sitios que sirven para conectarnos,   y la atravieso buscando la Avenida de la Mujer Trabajadora y la antigua Casa Cuna que ahora recoge diversas instituciones y dependencias. 
Qué bien traida la palabra,  qué trabajo nos está costando el concepto, y lo sigo rodeando por la calle dedicada a las Familias Cuidadoras, me está gustando que por aquí termine la Cuarentena pero quiero agarrarme a lo que los ojos no verán, a esa fusión con la piedra que no tendremos, y los nombres de las amplias calles de la Barriada de los Arcos me lo proporciona, Ajimez, Arbotante, Ojiva.

Junto a un naranjo, en la esquina que forman las dos primeras me quedo. Con mi mascarilla puesta y en la mano izquierda mis gafas, se me siguen empañando, no tengo solución, creí que con tantos años saliendo de nazareno iba a ser lo mismo. Y ya lo sabemos, nada es igual pero esto no quiere decir que vayamos a peor. Habrá que estar para verlo.