Otra ventana

Quedan 9 días.

Torneo, Resolana, Perafán de Rivera, Adelantado, Juan de Robles esquina con Fancelli, hasta aquí.

Como si de un programa de mano lineal y repetitivo lo iba diciendo mientras caminaba. No era  yo el que en voz alta lo decía, ahora en estos momentos lo hago mentalmente para recordar el camino que  narraba aquel hombre con el que me crucé y que picado por la curiosidad seguí en la distancia durante un rato pero que la propia sensación extraña de lo que estaba hacienda me llevó a desviarme en aquella ocasión por la calle Bécquer. Esta vez, no, esta vez, Torneo, Resolana, Perafán de Rivera, Adelantado, Juan de Robles esquina con Fancelli donde todo parecía normal. ¿Todo?

Una ventana entreabierta dejaba ver un almanque y una fotografía. Misterios que, unidos a la duda de saber a que escultor Fancelli estaba dedicada la calle, me estaba pareciendo que no sacaría nada en claro de aquel desvío hacía el norte. La fotográfia era de un Cristo Cautivo al estilo de los de Medinaceli y el calendario de hacia tres años. Me fui sin sacar nada en claro pero hace unos días, el primer viernes de marzo, pasando por delante de la Casa de Pilatos en esa esquina que abre una ventana a la plaza y dejan ver también a otro Cautivo de Medinaceli me detuve unos instantes y no pude evitar fijarme en un hombre agarrado al brazo de una mujer mayor que rezaba con los ojos cerrados moviendo ambos lentamente la cabeza hacia delante y hacia atrás. ¿Se parecía ese hombre al que me llamó la atención por Torneo y que recitaba un recorrido de forma repetitiva? Como la primera vez, desvié mi camino rapidamente y ahí se quedaron las preguntas sin respuestas.