Una de las metas volantes ya la has pasado. Como aparece bajo el título de este sitio web, vamos camino del ensimismamiento. No correr. Queda todavía y en ese contar nació esta cuarentena que no olvida este proceso, esta peculiar vuelta ciclista donde todo es una etapa reina que ahora va rodando kilómetros. Ayer la primera línea oficial tras la salida pero esto es un no parar. En realidad la comparación ciclista podría aplicarse a la misma Semana Santa también, su prólogo, sus días de competición donde en cada jornada todo empieza de nuevo con diferentes puertos de montaña, momentos de sprint y sitios para el avituallamiento. Y en lugar de acumular tiempos vamos recogiendo sensaciones de una forma que no sabe hacer nadie mejor porque incluye un cansancio que es necesario para poder continuar, para llegar con el estado de ánimo en el que hay que encontrarse cada día. Esto ya lo sabes, el Viernes Santo las pedaladas cuestan más y las nubes hacen olvida el sol del que te parecerá lejanísimo Domingo de Ramos.
Y como en las grandes vueltas, el último dia no hay sufrimiento, la última noche se decidió y se bebió todo. Ya se sabe el ganador. Gloria.